La belleza como instrumento de control social
La belleza es un valor subjetivo, o eso parece, en cualquier caso siempre nos estamos comparando en cuestiones de apariencia y estética.
Uno de mis valores más relevantes es precisamente el de la estética, podría parecer algo superficial pero no es así, buscar la belleza en la vida y nuestro entorno es más complejo de lo que parece, al fin y al cabo, encontrar la manera de mejorar el mundo y la vida de las personas tiene un trasfondo artístico.
Tras estos días de revolución feminista, llenos de belleza y emoción, me apetece hablar sobre lo guapa que eres. Porque puede que no lo sepas pero eres guapa.
Eres guapa desde el mismo momento en el que naces mujer, o hembra humana, últimamente los conceptos parecen estar a debate aunque sean solo eso: apariencias. Porque el género es una construcción cultural y social, lo definimos cada día en nuestras interacciones sociales y uno de los valores más marcados de la feminidad es precisamente este: La belleza.
Las mujeres somos hermosas por definición cultural. Todas. Ese no es el problema. En realidad los problemas son otros. Vamos a ver cuáles:
- Adaptarse a los cánones de belleza imperantes: la moda va determinando lo que es aceptable, lo que no. Tanto en lo que se refiere a características físicas corporales, como a las actitudes psicológicas.
- Aceptar nuestros cuerpos tal y como son: sin malos juicios, sin falsas expectativas, sin presiones, ni exigencias.
- Mantener una autoestima sana: saber que nuestro valor va más allá de cómo nos ven, cómo nos llaman, qué tenemos, qué sabemos, etc.
- Saber que somos sujetos de deseo y no objetos de deseo: cuando nos valoramos como sujetos podemos tomar decisiones sobre nuestra sexualidad, sobre lo que deseamos y lo que no.
Todo esto hace que la belleza sea un instrumento de control social, ya que el deseo de encajar en unos cánones concretos de belleza, marcados por los intereses empresariales, sociales y culturales nos hacen vulnerables y manipulables. Nos generan necesidades.
Una mujer que no tenga control sobre su cuerpo, no puede ser una mujer libre.
Margaret Sanger

Porque ser libre está por encima de ser hermosa. O al menos, debería estarlo. Eso significa que una persona, sea hombre o mujer, debería poder elegir si sentirse bella está entre sus prioridades.
Libre para decidir si un pintalabios es importante o no en su vida. Libre para sentirse mejor encima de unos tacones o no. Libre para vestirse como quiera sin que la agredan por ello.
Al final la armonía, la belleza, la estética como lo quieras llamar es una parte importante de la vida en sí misma. La naturaleza tiene esta parte poética que nos hace disfrutar del equilibrio. Porque es el equilibrio lo que nos suele resultar más bello y armonioso.

Eres guapa y tienes tus propias proporciones equilibradas, y tus propias habilidades que vuelven a equilibrar tu belleza. Hacerte consciente de lo hermosa que eres es un acto revolucionario porque dejarás de sentirte menos válida que las demás. Abandonarás una carrera imposible en la que perseguir un ideal de portada de revista de modas es un objetivo inalcanzable.
Cuanto antes te des cuenta de este hecho, mejor. Porque serás más libre. Y eso sí que es aumentar tu belleza porque la libertad es el bien más preciado en esta sociedad nuestra.

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