Qué difícil es escribir y no dejarse a alguien en el tintero. Hoy mis palabras se las quiero dedicar a todas las madres que no pueden, o no han podido vivir la maternidad que ellas querían. Y muy especialmente para una querida amiga que está pasando por una depresión postparto.
El otro día se sinceró conmigo y me dejó muy sorprendida todo lo que me contó. Me sentí la peor amiga del mundo. Y me embargó esa sensación de culpa que de vez en cuando planea por mi mente. Y es que siempre podemos hacer más (Algunas somos muy exigentes con nosotras mismas)
Me preocupó mucho el simple hecho de no haber estado ahí cuando ella más me necesitaba… Qué afortunado es Dios que es tan ubicuo y omnisciente!
Yo estaba tan centrada en mis propios asuntos que ni me enteré, pensé que estaría muy ocupada con su bebé recién nacido y con su niña mayor. Y no supe leer las señales. Y cuando miro hacia atrás veo que hubo unas cuántas!
Sé que no es suficiente escribir esto y no sé si algún día podré compensarte, pero seguro que lo intentaré. Esto es sólo un comienzo.
Sé también que ahora estás en un pozo negro, que te cuesta cada respiración, que no ves la luz, que no encuentras la paz. Pero confío en que te vas a recuperar. Sé que lo lograrás.
Puede que tuvieras muchas expectativas que no se han cumplido pero algún día verás los logros, que son muchos… Eso espero.
Ya te lo dije: Echaste el resto! Gastaste todas tus fuerzas! Ahora tienes que recuperarte!! Duerme. Duerme. Come. Respira. Duerme. Duerme más…
Pronto volverás a la calma. Te verás reflejada en los ojos de tus hijos y comprenderás que te están devolviendo todo el amor que les has entregado, que es inconmensurable! Inabarcable!
Verás que fuiste víctima, otra vez, de un sistema cruel e inhumano, que luchaste más de lo que podías, que aún lo haces, que para vencerle tenemos que cambiar el mundo… Juntas!
Te quiero mucho amiga, ahora entiendo que muchas cosas que te dije te causaron daño, aunque mis intenciones fueran buenas… La lactancia materna es difícil, el sistema nos hizo olvidar nuestra esencia, nuestra naturaleza… Nadie te culpa, tuviste dolor… Mucho dolor! Déjalo ir… Recupérate!!
Las cosas se complicaron en contra de tu voluntad, la estancia en neonatos debería facilitar tu lactancia y vuestra recuperación, favorecer vuestro piel con piel, vuestro tiempo juntos. Tú lo reclamaste, lo exigiste, lo luchaste, tu responsabilidad acaba ahí.
La culpa no aporta nada. Déjala ir… Respira!! Y duerme!!
Seguiré buscando palabras de ánimo y aliento para ti pero, sobretodo estaré prestándote mi hombro y mis oídos. Habla. Desahogarte es primordial!! Sácalo todo fuera!! Llora. Grita. Aúlla. Lo que haga falta.
Te quiero mucho. Recuerda.
Juntas logramos imposibles!
Que sorpresa al leer este post! Y desde febrero!!!, ya ves lo que llevaba sin entrar por aquí, supongo que formaba parte de mi sanación.
Aún me duele ver, leer, escuchar todas esas cosas maravillosas que quise hacer con mi bebé y que no pude, no supe, no me dejaron… es difícil y duro, muy duro.
Es una cicatriz profunda y aún duele, casi 6 meses después no ha dejado de doler y ahí van rodando lágrimas.
Sé que la culpa estará ahí durante algún tiempo, pero se irá, seguro se irá.
No me causaste ningún daño, viniste cuando más liada estabas, contestabas a mis whatsapps, hablábamos por teléfono, me ayudaste a buscar soluciones… no te sientas mal, ya te dije que no tenías porque sentirte mal!, es tu historia, tu visión, tu vida, faltaría más que tuvieras que cohibir tus vivencias. Fue mi momento de oscuridad, aún lo es, la diferencia es que hoy hay días claros, en los que veo algo de luz e intento respirar de lo bueno.
La culpa es una compañera a la que estoy aprendiendo a ignorar, la inmensa mayoría del tiempo me vence, respiro y respiro, eso me ayuda muchas veces y dormir, dormir es mi materia pendiente.
Gracias por este post, por tu amistad, por tus consejos y por estar ahí!
Te quiero y allá vamos con todo lo imposible!
Thanks.